25 Aniversario Buen Fin

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25 Aniversario Buen Fin

Nuestra Cofradía se funda el 1 de abril de 1991. Esta ya casi manida y muy escueta frase encierra tanta complejidad y tal multitud de vivencias que mereciera párrafos y capítulos por sí misma. El Buen Fin nace por el impulso desmedido de un grupo de adolescentes egabrenses que compartían tres ejes fundamentales: haber nacido en la década de los 70, un desmesurado amor a la Semana Santa y la obvia dedicación a las tareas académicas propias de su edad, la mayoría de ellos, que no todos, en torno al IES Aguilar y Eslava. Este grupo de estudiantes buscaba, al margen de las devociones familiares que cada uno recibió, su lugar propio dentro del ámbito cofradiero local, y luchó por él de manera arrebatada hasta conseguir un propósito nunca antes previsto para quienes apenas, sólo algunos y algunas, superaban, por aquel entonces, la mayoría edad, ¿se imagina el lector replicar hoy en día este fenómeno?

Su primer Hermano Mayor y fundador fue D. Francisco Toro Camacho y la Hermandad se erige canónicamente en la Parroquia de San Francisco y San Rodrigo Mártir de Cabra bajo la dirección espiritual de nuestro Consiliario, Rvdo. D. Francisco Ramírez Chamizo, figura absolutamente fundamental e imprescindible en nuestra historia, sin la cual, ninguna de la siguientes líneas de este texto hubiesen sido escritas. La Cofradía ya constituida, aprueba sus Reglas según el nuevo Estatuto Marco en la festividad del Pilar de 1991 y recibe, en la Cuaresma de 1992, la Imagen de su Titular, María Santísima del Buen Fin, procedente de los talleres madrileños de Santarrufina y, tras su Bendición, el 4 de abril de 1992, realiza su primera Estación de Penitencia en la noche del Martes Santo de ese mismo año, hecho éste que se repite en 1993. Esta situación coyuntural tiene argumentaciones diversas y complejas que tienen que ver, entre otras, con irregularidades administrativas y con dificultades financieras de la propia Hermandad pero es cierto que el hecho de poder procesionar en aquellos años por la Barriada hizo posible y real lo que, hasta entonces, parecía el sueño efímero y utópico de unos alocados jóvenes que, a partir de entonces, comenzaron a escribir páginas de propio derecho en la historia cofrade de Cabra. En aquellos días, la figura de D. Francisco y la actitud de acogida de la Hermandad de la Sentencia y Paz fueron primordiales para comenzar a andar el camino…

Las adquisiciones patrimoniales de este primer periodo fueron escasas, ceñidas casi en exclusiva a la adquisición del palio y varales que pertenecieron con anterioridad a la Virgen del Rosario de Cabra.

Al final de este año 1993 se produce un cambio radical en los órganos de gobierno de nuestra Cofradía. En una muy convulsa Asamblea General Extraordinaria celebrada el 6 de diciembre de ese año en la Casa de la Juventud a la que la Junta de Gobierno fundadora llega muy debilitada, se procede a la disolución de la Junta y se convocan elecciones resultando elegido Hermano Mayor D. Enrique Jiménez Camúñez dando así respuesta a un movimiento mayoritario generado en el seno de la Hermandad, al margen del núcleo fundador, que pretendía dar un giro radical al devenir de la institución anclado en ese momento en conflictos que ponían en grave riesgo su propia continuidad.

Y, por fin, de este modo, en 1994 la Hermandad del Buen Fin que ya por entonces era conocida popularmente como Cofradía de los Estudiantes, realiza, tal y como proclamaban sus Reglas, su primera Estación de Penitencia en la noche del Miércoles Santo y por Carrera Oficial, desde la única casa que nos abrió las puertas en el centro de Cabra, la Puerta de Capuchinos del Colegio San José de las RR. MM. Escolapias, ninguna otra opción nos fue ofertada, hecho que siempre nos entristeció. Este hito en nuestra historia también nos marca de una manera decisiva. Sin duda es la providencia divina la que nos lleva al Colegio San José. La providencia divina y la generosidad de la Comunidad Escolapia de Cabra. Lo azaroso se convirtió en nuestra seña de identidad pero, obviamente, por entonces, nadie fuimos conscientes de ello.

A partir de aquel año 1994 se comenzó a generar lo que hoy conocemos como el Buen Fin, se inician y consolidan años de crecimiento en patrimonio y número de hermanos; todos los actos organizados por la Hermandad comienzan a tener un gran respaldo popular entre la ciudadanía, convirtiéndose, por ejemplo, su cuartelillo o Casa de Hermandad en uno de los más visitados y frecuentados cada Cuaresma en la calle Cervantes e instaurando algunas tradiciones que comienzan a extenderse en todo el ámbito cofradiero como por ejemplo las cenas de Hermandad en Cuaresma. Como decíamos antes, la Hermandad mantiene por entonces su sede canónica en la Parroquia de San Francisco y San Rodrigo pero de manera casi natural, no premeditada, en 1997, celebra, por primera vez, los Solemnes Cultos en honor a María Santísima del Buen Fin en la Capilla de las RR. MM. Escolapias. Ese año, tal y como establecen los Estatutos, D. Enrique Jiménez, tras agotar su mandato y mediante Asamblea de Elecciones, prorroga otros cuatro años más su mandato como Hermano Mayor dando estabilidad a este proyecto emergente.

El segundo mandato de Enrique Jiménez tiene el gran valor de la continuidad en las ideas, de la coherencia en los proyectos, de la serenidad en la toma de decisiones, muy alejadas ya de aquellos convulsos inicios. De nuevo es la visión de nuestro Consiliario, D. Francisco Ramírez, la que nos lleva a plantear la decisión formal de que, desde finales de 1999, con el consiguiente beneplácito de la Congregación Escolapia de Cabra, la Bendita Imagen de María Santísima de Buen Fin se encuentre de modo definitivo en el crucero lateral de la Capilla de Capuchinos de dicha Comunidad. Escasos cinco años bastaron para que nuestra Bendita Imagen pasara a ser propiedad también de los alumnos y alumnas del Colegio San José y de todos los colectivos que forman parte de dicha Comunidad educativa y religiosa, Ella lo querría así. Y D. Francisco nos empieza a hablar de que, las Hermandades, donde quiera que estén, tienen que colaborar en sus diferentes facetas planteando a la Hermandad que si su devenir nos lleva al Colegio San José y a la Congregación escolapia de Cabra comencemos a explorar nuestras potencialidades en dicho entorno aunque esté alejado de la Parroquia donde estamos erigidos como Asociación Pública de fieles. Pese a esto, la Hermandad ha intentado siempre, en sus finitas posibilidades, colaborar en el sostén de su Parroquia matriz.

En este ciclo de la Hermandad, a nivel patrimonial y como reflejo histórico, cabe señalar la adquisición del juego de ánforas en metal cincelado bañado en plata de Orfebrería Angulo de Lucena, el Palio de terciopelo negro y fleco de bellota de hilo de oro fino, obra de Antonio Muñoz Sánchez, vestidor durante años de nuestra Titular en cuyo techo figura el óleo de la Virgen de las Escuelas Pías obra de Nicasio Almadén. Cruz de guía, cuatro faroles y báculos de Orfebrería Gradit. Estandarte de picos con el rostro al óleo de María Santísima del Buen Fin, obra de Nicasio Almadén, donado éste último por un grupo de madres de los cofrades. Doce varales de palio de Hermanos Lama Córdoba. Corona imperial bañada en oro de Hermanos Lama, Córdoba. Saya en terciopelo negro, bordada en oro fino, por Antonio Muñoz Sánchez.

En 2001, la Hermandad afronta la celebración del X aniversario mediante la organización de diferentes eventos entre los que cabe destacar la realización de un DVD conmemorativo, el Juramento de reglas, una exposición de enseres, etc. Tras la celebración del X aniversario, de nuevo tras agotar mandato, vuelve a convocarse Asamblea General de Elecciones en la que resulta elegido nuevo Hermano Mayor D. Isidoro Lama Esquinas, abriéndose un tiempo en el que los lazos con el mundo Escolapio se afianzan de modo definitivo. Ésto supone el inicio de un camino común recorrido por ambas instituciones, por un lado nuestra Hermandad, y por otro la Congregación Escolapia de Cabra. La Hermandad comienza a programar actividades de apoyo al alumnado, de índole diversa, apoyo a tareas académicas, introducción al deporte, ocio, y comienza a colaborar en el mantenimiento de la infraestructura de la Capilla de Capuchinos, en situación arquitectónica delicada y con muy escaso apoyo para su mantenimiento. La Hermandad incluso organiza el II encuentro nacional de Cofradías Penitenciales Escolapias en 2002 siendo la sede el Colegio San José con participación de más de 100 cofrades venidos de todo el país. Este recorrido común nos lleva ya a hablar de aquello que nuestro Consiliario intuía a finales de la década de los 90 y que hemos dado en llamar nuestra Obra Social y que se convierte desde el mandato de Isidoro en la piedra angular fundamental de nuestra existencia cofrade, la única que da sentido real a nuestra existencia y sobre la que pivotan el resto de realidades. A partir de esta década todo pasa, necesariamente, por y para la Obra Social, entendiendo por ésta, un compromiso con el carisma calasancio reflejado en el lema “Piedad y Letras”, por el apoyo incondicional a los colectivos de la Comunidad educativa Escolapia de Cabra, en especial la Congregación Escolapia, pero también el alumnado, claustro, padres y madres pero también y, muy especialmente, con el mantenimiento de tan histórica casa, sobre todo su Capilla. En base a este sentir que inunda a cada uno de nuestros cofrades de manera absolutamente certera e irrenunciable, la Hermandad acaba solicitando a la Congregación la concesión oficial del Título Escolapio.

Pero además (ya entenderán que en absoluto es para nosotros lo más importante), se produce un innegable enriquecimiento patrimonial de notable calidad artística entendiendo que este patrimonio siempre está supeditado a la Obra Social y mantiene su garantía de calidad en los estrenos aunque esta calidad los haga más escasos y tardíos, considerando que nuestra tarea es proporcionar un patrimonio que perdure y trascienda a nuestra generación y no dejarnos arrastrar por la moda zafia del estreno por encima de todo.

En este periodo se estrenan los respiraderos del paso de palio por Orfebrería Gradit y los nuevos faldones con flecos y galón dorado por Antonio Muñoz Sánchez. Se estrena también nuevo manto de calle en terciopelo negro con galón dorado y juego de jarras frontales en metal cincelado bañado en plata de Orfebrería Gradit.

Según marcan los estatutos, se celebran nuevas elecciones en 2005, resultando elegido Hermano Mayor, D. Antonio Jesús Moreno Campos, coordinando una Junta de Gobierno que tiene como objetivo fundamental establecer un ambicioso proyecto social con la Congregación Escolapia de nuestra localidad y el Colegio San José que se concreta en un exhaustivo programa de actividades de programación trimestral y supervisión por la dirección del centro y por la Comunidad Escolapia que incluyen desde apoyo a los alumnos en materias troncales, hasta actividades culturales, educativas, deportivas, apoyo al profesorado, valoración psicológica de alumnos, escuela de padres y apoyo a la Comunidad en el mantenimiento de la histórica casa, en especial de su Capilla. La Obra Social

inunda toda la actividad de la Hermandad y acumula hitos reseñables entre los que podemos destacar que en 2005 se acometió una reforma de los techos de la Capilla, en 2007 se ejecutó la restauración de la Sacristía y en 2010 acometimos la reforma de la Tribuna además de colaborar con el nuevo pavimento del Patio de la Soledad.

En 2006, coincidiendo con el XV aniversario se concedió el título de Hermano de honor a nuestro Consiliario, Rvdo. D. Francisco Ramírez Chamizo y se constituyó nuestro cuadro de honor. En 2007 recibimos del Patronato “Pasión y Cofradías” el premio con que se alentaba nuestra tarea cofrade. Y en diciembre 2008, recibimos el nombramiento cono “Alumnos Beneméritos” de la Fundación Aguilar y Eslava en cuyo centro educativo se fraguaron muchos de nuestros orígenes cofrades. Esta trayectoria tiene su punto álgido en mayo de 2008 cuando recibimos de la Congregación Escolapia el título de “Escolapia” para nuestra Hermandad, refrendado ese mismo año por la autoridad diocesana.

Para entonces, nuestra Hermandad se había imbuido del espíritu con el que José de Calasanz y Paula Montal erigieron las Escuelas Pías, dedicándonos en el ámbito de nuestra Obra Social, fundamentalmente, al apoyo del alumnado de este Centro. El lema “Piedad y Letras” lo hicimos propio y dio sentido a nuestra existencia cofrade convirtiendo esta Obra Social en nuestro elemento nuclear y diferencial. En aras a la coherencia, la dotación económica del Premio Pasión y Cofradías 2007 fue donado en su integridad a la Congregación Escolapia de Cabra y sirvió para sufragar el adecentamiento de uno de los patios de dicho Centro educativo del que multitud de estudiantes y visitantes, además de la propia Comunidad Escolapia y por supuesto la Hermandad, disfrutan desde entonces.

La celebración del XV aniversario tuvo también hechos singulares como la I Exaltación de la Hermandad a cargo de D. Francisco Garrido Ramírez, la edición de un DVD conmemorativo, el Juramento de Reglas de la Hermandad, etc. Obviamente existe también enriquecimiento patrimonial en este periodo, entre el que cabe destacar el Estandarte Bacalao en oro fino por Antonio Muñoz Sánchez, llamador para el Paso de Palio donado por la Cuadrilla de costaleros de Orfebrería Santa Ángela, nuevas Dalmáticas por Antonio Muñoz Sánchez, donadas por el grupo de Acólitos. Ciriales, incensario y naveta para acólitos de Orfebrería Orovio. Marcha Procesional “María Santísima del Buen Fin” de Francisco Cano Ruiz. Marcha Procesional “Virgen de Capuchinos” de Rafael Sabariego Padillo. Pero sin duda, la adquisición patrimonial más importante de este periodo fueron las 176 nuevas túnicas que recuperaron el modelo registrado en los Estatutos y que culminaba así un “viejo” anhelo de los hermanos y hermanas del Buen Fin y que procesionaron por primera vez el Miércoles Santo de 2009.

En 2009 nació el mandato del siguiente Hermano Mayor, D. Francisco Cano Amil, que mantuvo firme la gestión de la Hermandad apoyado en una Junta de Gobierno que mantuvo la singularidad de su Obra Social con todos los colectivos afincados en el Colegio San José como razón de ser fundamental de su existencia cofrade. Una de las primeras actuaciones de esta nueva Junta fue ampliar nuestra cuadro de honor con el nombramiento de todas las Escolapias de la Comunidad como Hermanas de honor y la concesión de la Insignia de oro de la Hermandad a la Escolapia Madre Isabel por sus bodas de oro en la Congregación, con el recuerdo manifiesto de su especial papel en aquel año 1994 cuando la Congregación abrió las puertas de su santa casa a aquellos inquietos e impetuosos jóvenes que buscaban cobijo de donde poder afrontar su Estación de Penitencia.

En este periodo se mantuvieron los talleres con alumnos y se afrontaron obras de mejora como el adecentamiento de la Tribuna de la Capilla de Capuchinos que se convierte desde entonces en un espacio expositivo de obligada visita, la limpieza de las Torre del Homenaje o la cobertura con toldos del patio de Capuchinos para hacer más cómodo este entorno al alumnado de Educación Infantil que usa este espacio como su lugar de recreo cotidiano. Obviamente, la Hermandad ha mantenido una tendencia creciente en el número de Hermanos que la integran, se modernizaron sus herramientas de gestión y se incrementó el patrimonio como refleja, por ejemplo, la restauración del antiguo Sagrario del altar mayor de la Capilla a cargo de Gonzalo Casas, la adquisición de los Candelabros de Cola para el Paso de Palio de Orfebrería Orovio de Ciudad Real, el estreno del nuevo libro de reglas por Orfebrería Orovio, la realización de la talla de San José de Calasanz, obra de Gonzalo Casas y su posterior baño en plata por Orfebrería Orovio para la Capilla Frontal del Paso de Palio, los faroles entre varales y nuevas túnicas para el número creciente de hermanos que se van sumando a nuestro cortejo del Miércoles Santo. Y el que es uno de los estrenos más curioso de este y de otros muchos periodos, la Marcha Procesional “Madre del Buen Fin”, de Rafael Ramírez, cuyos acordes, con letra de Ramón Clavería, se han convertido en himno del alumnado del Colegio San José y, por ende, de toda la Hermandad:

“Virgen del Buen Fin, ¡Oh, Madre amante del Salvador! Hoy, los Estudiantes, Piedad y Letras, te piden con fervor, Virgen del Buen Fin, nuestra oración a Ti confiamos, Viendo como ante Tu Rostro la oscuridad se vuelve resplandor Y muestra la luz que guía a todos los hombres a la salvación” 

Tampoco podemos obviar en este periodo la celebración del XX aniversario de la Hermandad que contó con la II Exaltación a cargo de Ángela Torralbo Ballesteros, el Juramento de Reglas, el DVD conmemorativo, un concierto de marchas procesionales en la Capilla por la AIM Banda de Música de Cabra que por entonces acompañaba nuestra Estación de Penitencia y la edición de un boletín extraordinario.

En el año 2013 y de nuevo tras completar el periodo legislativo previsto en nuestros Estatutos como así ha ocurrido desde 1994, la Hermandad se somete a su Asamblea de Elecciones resultando elegido Hermano Mayor, D. Francisco Javier Gómez Mora, que se convierte desde entonces y hasta el momento de redacción de la presente reseña en el sexto Hermano Mayor en la historia de la Cofradía de los Estudiantes. Desde el inicio de la presente legislatura, sin perder un ápice de las esencias previas de nuestra Hermandad que pivotan en el entorno del Colegio San José y de la Congregación Escolapia de Cabra, la nueva Junta de Gobierno entiende que la Hermandad debe aceptar la necesidad de potenciar sus obras de caridad habida cuenta del entorno socioeconómico de crisis que nos rodeaba, intentando promocionar y ayudar a aquellas familias que más lo necesitan. Este esfuerzo caritativo ha sido centralizado a través de Cáritas de la Parroquia de San Francisco y San Rodrigo de nuestra localidad donde la Hermandad tiene su sede canónica desde su fundación y siempre con la intercesión y el visto bueno de nuestro Consiliario y Hermano de honor, Rvdo. D. Francisco Ramírez Chamizo.

Se han generado diferentes modos de colaboración con Cáritas (bolsas de caridad, recogida de ropa y enseres, venta proactiva de lotería de navidad con beneficio para dicho colectivo,…) que, obviamente, han supuesto una merma en los ingresos anuales de la Cofradía que ha dificultado grandes enriquecimientos patrimoniales aunque la Hermandad ha sentido este hecho como absolutamente necesario, alineándose en lo ideológico de manera firme con la actual Junta de Gobierno. A pesar de lo cual, la Hermandad ha asumido la mejora de algunos de sus enseres, siendo el enriquecimiento patrimonial fundamental en este mandato la adquisición de nuevas túnicas en número creciente cada año. Es para nosotros un enorme orgullo afirmar que, el pasado Miércoles Santo de 2015, fueron más de 200 hermanos de túnica los que procesionaron con nuestra Bendita Titular por las calles de Cabra, convirtiéndose en uno de los Desfiles Procesionales más numerosos de nuestra Semana Mayor.

En el ámbito de su Obra Social, la Hermandad ha mantenido el guión establecido en las décadas previas adaptando nuestra oferta a las necesidades de los colectivos allí residentes. En estos años hemos objetivado que el alumnado tiene una oferta cada vez más rica y variada de actividades extraescolares por lo que hemos desplazado el foco a las necesidades de otros colectivos como el Claustro de profesores, la Asociación de Madres y Padres del Colegio y la propia Congregación Escolapia, en especial en cuanto al mantenimiento de tan histórica y desatendida Casa, asumiendo un nuevo adecentamiento con trabajos de albañilería y electricidad y la pintura de toda la Capilla en 2015.

Y la última iniciativa emprendida por la Hermandad y que entendemos supone un hito en nuestra historia cofrade y en el propio universo cofrade egabrense fue a la inauguración, la pasada Cuaresma de 2015, del Museo de Arte Sacro. Este proyecto nace de la iniciativa turística Caminos de Pasión, entidad que promueve la visita y conocimiento de ocho ciudades emblemáticas del corazón de nuestra Comunidad Autónoma: Alcalá la Real (Jaén), Baena, Cabra, Lucena, Priego de Córdoba, Puente Genil (Córdoba), Osuna y Carmona (Sevilla), adentrándose en su legado histórico-artístico, sus tradiciones, gastronomía, manifestaciones religiosas, etc., llegando a permitir conocer su auténtica identidad cultural y la auténtica naturaleza de nuestros pueblos. En Caminos de Pasión el visitante puede encontrar la expresión más genuina de nuestra tierra a través de diferentes apartados, en el primero de ellos, el lugar fundamental lo ocupan las referencias a la Semana Santa y las Fiestas Religiosas de cada uno de los ocho municipios referidos.

Esta institución, cuyo actual Presidente en nuestro Ilmo. Sr. Alcalde, D. Fernando Priego Chacón, a la sazón, Ilmo. Alcalde de Cabra, fomenta el desarrollo en los municipios de influencia de éstos ámbitos descritos. Es por esta razón por la que surge la posibilidad de asistir a una convocatoria de financiación para el establecimiento de un espacio expositivo e interpretativo de la Semana Santa en cada uno de sus municipios. Estando ausente este espacio en nuestra localidad y, de acuerdo siempre a la Congregación Escolapia, la Hermandad de los Estudiantes, tras refrendo de su Cabildo, participa en la convocatoria obteniendo finalmente la aprobación del Consorcio Caminos de Pasión para desarrollar esta tarea en Cabra.

Una vez aceptado nuestro proyecto y ganado el concurso, lo primero que asume la Hermandad es la necesidad de mejorar el estado y apariencia de la Capilla dado que, una vez inaugurado el Museo de Arte Sacro, ésta será lugar de paso de cuántos visitantes acudan a este enclave. De manera que se ejecutan trabajos de pintura completa de la Capilla, limpieza y adecentamiento de altares y todos los ornamentos allí ubicados, actuación financiada de manera exclusiva por la Hermandad. Además se inicia el diseño y elaboración de material de almacenaje y exposición para los enseres de la Hermandad que ocupan el primero de los cuatro espacios de exposición de nuestro Museo de Arte Sacro, ubicado en la Sacristía que se encuentra tras el altar mayor, a la espalda del soberbio lienzo de Valdés Leal.

La oferta del Museo de Arte Sacro cuenta con cuatro espacios expositivos, el primero de ellos la propia Capilla de Capuchinos dominada por el ya referido lienzo de Valdés Leal, culmen del barroco pictórico Sevillano. Tras esto, el visitante accede a la Sacristía donde se encuentra la Sala de Patrimonio en la que se exponen los enseres de la Hermandad del Buen Fin (bordados, orfebrería, documentación, símbolos litúrgicos…) dotando a tal espacio de un valor añadido en la medida de que, en cada uno de los enseres, el visitante encuentra información de su sentido litúrgico y cultural, además de referencias específicas sobre sus autores y data de realización lo que también ofrece una perspectiva histórica de la propia Hermandad. La intención es convertir esta exposición en algo más y trasformarlo en un auténtico Centro de Interpretación de la Semana Santa en el que, cualquier visitante, incluido el colectivo cofrade, pueda conocer el porqué y la razón de ser de nuestra tradición. La visita continúa por un tercer lugar de exposición, Sala de la Semana Santa egabrense, que pretende poner en valor los enseres del resto de Hermandades de nuestra localidad convirtiéndose en un referente de nuestra Semana Santa para las personas que nos visiten desde fuera de Cabra. Por último, la visita al Museo de Arte Sacro acaba en la Tribuna de Capilla donde se ubicará una zona de exposiciones temporales temáticas, flexibles a los diferentes hitos o momentos de nuestro colectivo cofrade local. La intención de la Hermandad es acompañar esta visita al paseo por alguna de las dependencias del Castillo de los Condes de Cabra, casa de la Congregación Escolapia en Cabra desde 1889.

El importe de la entrada de cada visitante se dedicará en partes iguales al mantenimiento del Museo de Arte Sacro y a la Congregación Escolapia de Cabra con lo que potenciamos el compromiso de nuestra Obra Social y, por otro lado, pretendemos que la parte de ingresos correspondientes a la Hermandad, además del mantenimiento del Museo puedan servir para generar un puesto de trabajo como gestor y guía de estas visitas, manteniendo así la firme apuesta actual por las obras caritativas, en el sentido ya referido en párrafos anteriores de esta memoria.

Tras meses de esfuerzo común, en la pasada Cuaresma, con la presencia del Ilmo. Sr Alcalde, D. Fernando Priego, el Párroco, Rvdo. D. Zacarías Romero y el Hermano Mayor del Buen Fin, D. Francisco Javier Gómez, se inaugura públicamente la Sala de Patrimonio emplazando para otro momento posterior las ampliaciones restantes, hecho que contó con importante repercusión mediática en medios locales y autonómicos.

En agosto de 2015, a propuesta del Hermano Mayor, Fran Gómez, y con ratificación del Cabildo extraordinario celebrado el pasado mes de julio, se constituye una Comisión encargada de gestionar los actos que servirán para conmemorar el XXV aniversario de la fundación del Buen Fin que D. M. tendrá lugar el próximo 1 de abril de 2016. Esta Comisión comienza a programar una serie de actividades que fueron presentadas públicamente el pasado 24 de octubre en la Cena de Hermandad que sirvió como pórtico de entrada a la celebración de tan significada efeméride. Se hizo público, además, el spot que publicita nuestro aniversario y que ya está disponible en redes sociales.

La Hermandad prepara con ilusión y emoción el reto de conmemorar su primer cuarto de siglo. Como institución se preparan esfuerzos patrimoniales como las primeras fases de bordado del Palio a cargo de Francisco Javier Moreno, actual vestidor de la Bendita Imagen, así como de una Corona donada por la Cuadrilla de Costaleros. Además del patrimonio, incrementado de manera exponencial por el Museo de Arte Sacro, los actos conmemorativos del XXV aniversario pretenden ser punto de unión, recuerdo y emoción compartida por todos y todas quienes han formado parte de nuestra historia y por quienes están llamados a escribir los siguientes párrafos de lo que nosotros mismos hemos dado en llamar nuestra “bendita locura”, ese alocado brío juvenil que maduró en los brazos de Madre Paula donde se hizo adulto y donde cada Miércoles Santo, a los sones de “Madrugá” o de “Soleá dame la Mano”, con su hábito rojo y negro, aprende de nuevo a sentir, a emocionarse y a rezar como sólo un niño es capaz de hacer.

Querido lector, reflejar en escasas líneas un cuarto de siglo de un colectivo tan amplio y complejo como es una Hermandad penitencial, en cuyo seno tantas personas y familias han visto cumplidos su anhelos y desvelos, han volcado ilusiones y emociones pero, por encima de todo, han vivido su fe y su devoción a Dios y a María Santísima es tarea cuasi imposible. Tan sólo pretendí, en pocas palabras e imágenes poder acercarte nuestro emocionante pasado y nuestro arrebatador presente.

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